El puente de Bridgestone ya es historia. A falta de retirar los escombros, el viernes 26 de septiembre concluyó su demolición. La limpieza de la zona eliminará cualquier rastro del obstáculo que supuso esta infraestructura para el río Ibaizabal. URA levantará en su lugar otra menos agresiva.
El puente de Bridgestone ya es historia. A falta de retirar los escombros, el viernes 26 de septiembre concluyó su demolición. La limpieza de la zona eliminará cualquier rastro del obstáculo que supuso esta infraestructura para el río Ibaizabal. URA levantará en su lugar otra menos agresiva.
El derribo comenzó el pasado miércoles 24 de septiembre. Las labores de demolición, llevadas a cabo por la empresa Vda de Sainz, fueron llevadas a cabo con celeridad para reducir el impacto de la obra sobre la rutina diaria de la ciudadanía de Basauri.
El puente de Bridgestone (Firestone), nombrado así por comunicar con la empresa conocida por fabricar los neumáticos más grandes del mundo, en la zona de Urbi, deja así de frenar el discurso natural del Ibaizabal en su tránsito hacia la confluencia con el río Nervión, con lo que el riesgo de inundaciones quedará mitigado.
La nueva infraestructura que sustituirá al puente de Bridgestone contará con un tablero de 41 metros y se levantará sobre el río Ibaizabal sin ninguna pila en el agua, algo que, acompañado del resto de intervenciones, minimizará el riesgo de inundaciones en la zona.
“Esta actuación se enmarca en la segunda fase del proyecto de encauzamiento de los ríos Nervión e Ibaizabal. Obras que se sitúan en el tramo Urbi-Bengoetxe en una longitud total de 1.570 m. Las actuaciones previstas en la fase II en su conjunto cuentan con un presupuesto de 6,5 millones de euros y un periodo de ejecución estimado de 20 meses (Último trimestre de 2015)”, exponen fuentes de URA, Agencia Vasca del Agua, responsable del proyecto de encauzamiento.
Aunque los trabajos de colocación del nuevo puente concluirán a finales de año, cuando será ya transitable, la segunda fase del encauzamiento del Nervión-Ibaizabal no terminará hasta un año después, en diciembre de 2015. Será después de veinte meses de trabajo y de una inversión de 6,5 millones de euros. Por delante quedará esa tercera fase con la que concluirá el proyecto global.
“Los ríos Nervión e Ibaizabal han mostrado momentos críticos por su insuficiencia hidráulica” explica el director de URA. Como ha destacado la Sailburu Ana Oregi, “es fácilmente apreciable que sus vegas han sido ocupados parcialmente por la acción humana y que el río ha sido encajonado, tratando de dar respuesta a las necesidades urbanísticas del momento; unas necesidades que no previeron el comportamiento natural del río en período de crecida. El resultado: inundaciones en la zona que este proyecto de encauzamiento reducirá significativamente”.
Las actuaciones previstas en el proyecto de encauzamiento de los ríos Nervión e Ibaizabal se dividieron en tres fases diferentes: tramos Bolueta-Urbi (finalizado primer semestre de 2014), Urbi-Bengoetxe (en ejecución) y Bengoetxe-Plazakoetxe (en proyecto). Dentro de la segunda fase que ahora da comienzo, además de la sustitución del puente de Bridgestone (Firestone), las obras de encauzamiento del Ibaizabal prevén otras actuaciones como la demolición del azu de Urbi llevada a cabo a principios de este año; la sustitución del Puente de Urbi; la restauración ambiental; así como la reposición de servidumbres existentes, caminos, pasos y todos aquellos servicios que puedan verse afectados y en general, todas las obras accesorias y complementarias que se precisen, no sólo para asegurar la función hidráulica principal, sino también aquellas otras que incidan en la ordenación del territorio y sirvan para minimizar el impacto ambiental.