No hace falta pescar en aguas muy profundas de la memoria colectiva para rememorar la mayor catástrofe natural vivida en Bizkaia. La madrugada del 26 de agosto de 1983, los ríos de este territorio vasco removieron los lodos de sus riberas y sacudieron la estabilidad de su población.
Aquella fecha marcó un antes y un después en la política hidráulica. Fue punto de inflexión que desembocó en sólidos y sofisticados proyectos de ingeniería destinados a aliviar la presión del río y sus infraestructuras y asentar un grado de tranquilidad.
La madrugada del 26 al 27 de agosto de 1983, en plena recta final de la Aste Nagusia, que ahora se prepara para una nueva edición, fue dramática. El mercado de La Rivera quedó reducido a escombros y barro de un día para otro, y las txosnas del recinto festivo se convirtieron en un amasijo de hierro destartalado junto con una Marijaia que quedó aplastada contra el quiosco del Arenal. El final de la fiesta marcó el inicio de una recuperación, cimentada sobre nuevas mentalidades.
El desbordamiento de los ríos ocasionado por la conjunción de una serie de factores meteorológicos obligaron a cortar las carreteras y gran parte de Bizkaia permaneció a oscuras y sin teléfono pendiente del comportamiento de sus ríos y afluentes.
Más de un centenar de localidades vascas fueron declaradas zona catastrófica; la crecida se cobró decenas de víctimas, cinco desaparecidos y daños materiales por valor de 1.200 millones de euros.
Tras el 26 de agosto las tareas de rescate centraron el cometido principal de bomberos, policías, Ejército y cientos de voluntarios que se ofrecían cada día para ayudar. En total, alrededor de 6.000 personas participaron en las labores de rescate en Bizkaia y gracias a ellos la cifra de víctimas no escaló. La lectura más positiva fue que puesta a prueba la generosidad de los vizcaínos, superaron el examen con nota, pero quedaba otra prueba por aprobar, así que la consigna fue evitar a toda costa reproducir la tragedia y combatir con medios técnicos la fuerza de la naturaleza.
Nervión-Ibaizabal
Cuando la pleamar se unió a la tromba de agua, la cuenca del Ibaizabal se desbordó hasta cinco metros en varios puntos del territorio vizcaíno. Aquí, los habitantes de los municipios de Galdako y Basauri también sufrieron el efecto devastador de las inundaciones.
Consciente de una casuística propia de la orografía vasca, así como de la acción humana, y para contrarrestar el fenómeno de la crecida fluvial, la Agencia Vasca del Agua, URA, se puso manos a la obra consolidando políticas basadas en la combinación de medidas no estructurales (ordenación de usos en función del grado de inundabilidad, sistemas de información hidrológica y de alerta temprana, medidas de protección civil, etc.) y medidas estructurales, sólo en zonas urbanas consolidadas sometidas a riesgo.
Para llevar a cabo su cometido, cuenta con empresas especializadas en las tareas encomendadas, entre las que se encuentra la empresa Vda. de Sainz, que tras finalizar las obras del proyecto actualizado del encauzamiento del río Nervión-Ibaizabal Tramo Basauri-Galdakao Fase I y del interceptor Nervión-Ibaizabal Tramo Bolueta-Urbi Fase II.
Ahora, se encuentra acometiendo el Proyecto del interceptor Nervión – Ibaizabal. Tramo Bolueta-Urbi (2ª fase).
Estas nuevas actuaciones para encauzar los ríos Nervión e Ibaizabal en el tramo Urbi-Bengoetxe afectan a una longitud total de 1.570 metros y cuentan con un presupuesto de 6.578.093,66 euros; el periodo de ejecución está estimado de 20 meses.
Los ríos Nervión e Ibaizabal han mostrado momentos críticos por su insuficiencia hidráulica, algo que se manifiesta en que sus cauces han sido ocupados parcialmente y que el río ha sido encajonado.
El proyecto que lleva a cabo Vda. de Sainz en esta zona de la comarca vizcaína del Nervión-Ibaizabal trata de dar respuesta a las necesidades urbanísticas del momento; unas necesidades que no previeron el comportamiento natural del río en período de crecida con el resultado observado de frecuentes inundaciones en la zona, que este proyecto de encauzamiento trata de reducir significativamente.
Con anterioridad a la puesta en marcha del proyecto, se han llevado a cabo estudios y trabajos realizados con anterioridad por la Administración Hidráulica. También se ha tenido en cuenta la información recopilada por los respectivos ayuntamientos y la recabada por las empresas ubicadas en los márgenes de ambos cauces, así como la derivada de los análisis topográficos y geotécnicos realizados. Asimismo, se realizó un análisis hidráulico de la situación actual del cauce con el fin de determinar su capacidad de desagüe y cuantificar el efecto que tienen los obstáculos puntuales sobre las láminas de agua.
Como resultado del estudio, las actuaciones necesarias se dividieron en tres fases diferentes (el tramo Bolueta-Urbi, el tramo Urbi-Bengoetxe y el tramo Bengoetxe-Plazakoetxe). Dentro de esta segunda fase se prevén las siguientes actuaciones para el encauzamiento del río Ibaizabal desde el azud de Urbi hasta el azud de Bengoetxe.
• Sustitución del puente de Firestone
El puente de Firestone tiene un tablero de hormigón armado que se apoya en los estribos laterales y en una pila situada en el centro del cauce. Este puente se sustituirá por otro de un único vano, constituido por dos vigas artesa de directriz curva y de 41,10 m de longitud total.
• Sustitución del puente de Urbi
El puente de Urbi tiene en la actualidad dos pilas dentro del cauce, desviadas con relación a la dirección de la corriente, lo que supone un importante obstáculo al paso del agua. Se sustituirá por un puente con dos pilas situadas en paralelo a la dirección de la corriente, con tres vanos constituidos por vigas artesa.
• Demolición del Azud de Urbi
Se sustituirá por uno nuevo de menor altura y se prevé también la construcción de un azud en la parte final del tramo, inmediatamente aguas abajo del azud de Bengoetxe, para evitar que el salto de agua descalce el propio azud.
• Restauración ambiental
El proyecto de encauzamiento comprende, además, la reposición de servidumbres existentes, caminos, pasos y todos aquellos servicios que puedan verse afectados y en general, todas las obras accesorias y complementarias que se precisen, no sólo para asegurar la función hidráulica principal, sino también aquellas otras que incidan en la ordenación del territorio y sirvan para minimizar el impacto ambiental.
Por último, incluye también medidas de revegetación, tarea imprescindible para intentar minimizar los impactos provocados con esta actuación. Las metas perseguidas con la revegetación son múltiples y variadas: integración paisajística de la obra en el entorno, recuperación de suelos deteriorados durante la ejecución de la obra, estabilización de taludes, ocultación de vistas no deseables, restitución de la vegetación, ornamentación y mejora del entorno, obtención de sombra y regulación microclimática de la humedad y temperatura en el dominio fluvial.
El recorrido del Nerbioi en Laudio
La Agencia Vasca del Agua-URA y el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Laudio también afrontan el futuro encauzamiento del Nerbioi a su paso por esta localidad vizcaína con el que se incrementará la seguridad hidráulica para las avenidas que afectan a la localidad de forma recurrente.
El proyecto de encauzamiento en Laudio es una de las actuaciones más importantes a realizar en el conjunto de la CAPV en materia de gestión de inundaciones. En cumplimiento con la Directiva Europea del año 2007 sobre evaluación y gestión del riesgo de inundación, URA (junto con otras Administraciones) llevó a cabo la Evaluación Preliminar del Riesgo de Inundación o “EPRI”, con la que se determinaron las áreas con mayor riesgo de sufrir inundaciones. Es decir, aquellos territorios en los que hay mayor probabilidad de que ocurran estos fenómenos y en los que se pueden producir los mayores efectos sobre personas, bienes e infraestructuras.Este análisis permitió constatar la vulnerabilidad de nuestro territorio a las inundaciones y se determinó que en la CAPV hay 100 áreas que concentran el mayor riesgo, y que se sitúan sobre todo en la vertiente cantábrica.
De muestra, un botón: el entorno del Nerbioi a su paso por Laudio donde se desarrollará la futura obra es parte de una de estas cien ARPSIS (Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación) de Euskadi. Y junto con el resto de las ARPSIS, contará para finales de 2015 con un Plan de Gestión del Riesgo de Inundación específico en el que se incluirán todas las medidas necesarias para incrementar la seguridad ante inundaciones en Laudio. Medidas que incluyen tanto actuaciones estructurales —como es el caso del futuro encauzamiento— como otras no estructurales relativas a futuras ordenaciones territoriales o sistemas de alerta temprana a la ciudadanía.
Getxo, otro punto caliente
El municipio vizcaíno de Getxo, continúan las obras para la protección de inundaciones pero en otro río, el Gobela.El proyecto incrementará notablemente la seguridad frente a inundaciones del tramo Errekagane del río Gobela, en el tramo comprendido desde la calle de Cristóbal Valdés hasta el Puente de la Avenida de Leioa y extiende esta mejora hidráulica aguas arriba, hasta la zona inmediatamente anterior de Etxezuri Larrañazubi.Consistente en la ampliación del cauce actual del río Gobela (se duplica la sección hidráulica del cauce actual), así como en la eliminación o sustitución de los obstáculos para la circulación del agua—como son puentes y cruces- afecta a la tercera fase del proyecto y cuenta con un presupuesto de más de 14 millones de euros, un plazo de ejecución de 30 meses.
Tal y como destacó el Director General de URA, Iñigo Ansola, el objetivo prioritario de esta actuación en Errekagane es “aumentar significativamente la protección ante inundaciones en Errekagane —y aguas arriba— e incrementar la seguridad de los vecinos de Getxo”.De hecho, los estudios hidráulicos demuestran —y nos recuerdan— que una avenida algo mayor a las acaecidas en los últimos años —que pudiera hacer entrar en carga la cobertura de la calle Errekagane, de lo que no se estuvo lejos en junio de 2008— produciría importantes daños en esta zona y agravaría considerablemente la inundación aguas arriba, por lo que esta obra resulta completamente necesaria.